Baño de Bosque, Shinrin-Yoku

El arte de los baños de bosque es el arte de conectar con la naturaleza a través de los cinco sentidos

Dr. Quing Li

La mayor parte de nuestra evolución como seres humanos ha transcurrido en el bosque. Hasta hace bien poco, el bosque nos cobijaba, nos daba calor, nos alimentaba y era el espacio mágico donde crecía nuestra fantasía. Hoy nos hemos alejado de él, cuando no lo hemos dominado y destruído. Entrar en el bosque es como volver a la casa de tu infancia después de muchos años de exilio. En nuestra memoria perduran las imágenes de sus rincones, olores y sonidos. Cuando nos adentremos en el bosque trataremos de mantener esa “actitud de volver a casa”.

Baño de Bosqie, o Shinrin-Yoku

En occidente entendemos la meditación como un ejercicio intelectual: pensar, en definitiva.
Nada más alejado de la realidad. El Baño de Bosque, o Shinrin-Yoku es una forma de meditación enraizada en la tradición zen y, como tal, fundamentalmente física: una postura determinada, en profunda conexión con el suelo, y una respiración profunda. La concentración en la postura y en la respiración logran que el flujo de los pensamientos se detenga.

Hay días en los que una simple escapada al parque más cercano nos permite una agradable experiencia de “baño de bosque”. ¿A qué huelen sus cortezas? El avellano huele a pueblo, el cedro a iglesia, y el tilo de suave tacto, a río.

El Shinrin-Yoku, el paseo por el bosque, bien entendido, pretende un profundo ejercicio de concentración en lo más profundo de nuestra naturaleza: respirar, andar y oír todo lo que el bosque nos ofrece en silencio.


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